Historias de héroes contemporáneos

Jimmy O. Besso



El día 4 de abril de 1955 será recordado por muchos de los vecinos de Sanduski, Ohio, con un escalofrío. Rita Singer nos ha recordado en una entrevista que "creía que aquel día era uno de tantos, de esos en los que te levantas, desayunas, te duchas, te limpias los dientes, agarras el periódico... (sigue con la enumeración)... saludas al lechero, te rascas la pantorrilla, agarras el coche... (y continúa)...te colocas el pijama y te acuestas contando ovejitas; pero no. Sin razón aparente recuerdo el día 4 de abril de 1955 como las 24 horas en las que sentí un frío terrible en el espinazo". Y no era para menos, ya que en aquel glorioso día nació un bebé, de unos 8 kilos aproximadamente de peso, que respondería al nombre de Jimmy, aunque muchos ya desde pronta edad le llamaron "gordo" o "pedazo de grasa con ojos".

Jimmy Orson Besso, nació (muchos dicen que por error o por manías de un dios cruel y vengativo) en la pequeña granja de los Besso, donde sus padres, unos "hippies comeflores asquerosos" (según declaraciones de sus vecinos y familiares más próximos), cultivaban tomates, patatas y sardinas. Nunca supieron por qué la cosecha de sardinas fue tan mala toda la vida, aunque de tanto en tanto conseguían al regar que las plantas bailaran de una manera muy graciosa. A los pocos meses, Jimmy ya desarrolló las dos habilidades que le caracterizarían durante toda su vida: una, la de poder comer cantidades ingentes de alimentos, y la otra, la de hablar con una envidiada y prolífica verbigracia (para pedir más alimentos, se entiende). Pero si algo ha marcado la vida del pequeño Jim (pequeño en cuanto a su corta edad, también se entiende), ha sido la frustración constante en la que vivía. Ya de muy joven sintió esa extraña sensación de frustración al no poder exprimir tanto como hubiera deseado las tetas de su madre. En este caso, madre e hijo compartían ese desasosiego, y por ello la señora Besso decidió contratar a alguien para que pudiera dar la lactancia que necesitaba semejante engullidor profesional. Al no encontrar a la mujer ideal a tal efecto, decidieron usar a una cerda que el matrimonio tenía en su granja, "por probar". Y funcionó. Jimmy no sólo succionó la leche de las mamas de la puerca (con perdón), sino que además aprovechó y cató un par de chuletas del animal. La cerda en cuestión no recuerda, según confesó en una entrevista posterior, cómo sucedió aquel incidente: "Solamente me acuerdo de cómo de repente Jimmy se relamía los dedos, oink".

Efectivamente, J.O. Besso siempre ha comido como una lima. En el instituto fue apodado el "agujero negro" por la capacidad de absorber todo aquello que rondaba por su órbita. De hecho, sus compañeros temían acercársele en las aulas porque, según cuenta la leyenda, alguno de ellos había desaparecido en circunstancias muy sospechosas. Por esta razón no eran muchos los que se atrevían a llamarle amigo. Solamente un par de muchachos consiguieron descubrir el dulce (por el azúcar en sangre) corazón de Jimmy. Bill, apodado "el cegato cuatro ojos capitán de los piojos", todavía recuerda a su amigo Jim como "un grandísimo amigo con cierto olor a fritanga". Otro amiguete que se hizo fue el estudiante de intercambio japonés Toru Iwatani, que años después diseñaría inspirándose en él su videojuego más popular: Pac-man, que en un primer momento se bautizó como "El increíble videojuego protagonizado por un gordo asqueroso que no para de abrir y cerrar la boca comiéndose todo lo que se le pone por delante". La empresa Namco pensó, acertadamente, que aquel primer nombre, aunque descriptivo, no atraería al público general.


Pero la historia de Jimmy va mucho más lejos. Abandonó el hogar a los 18 años, sin poder terminar sus estudios de cocina (un motivo más para inflar su frustración personal) y despidiéndose de sus padres con las siguientes palabras: "Siempre os llevaré dentro". Esta promesa no fue del todo cumplida por el bueno de Jimmy, ya que en ese momento obvió al hablar el proceso de digestión y excreción. Al dejar su hogar, Jimmy se embarcaría en una aventura que le llevaría muy lejos, más concretamente al restaurante McDonald's de las afueras de
Sanduski, donde pasó, según cuentan los por aquel entonces empleados (hoy internos en un hospital psiquiátrico), como un huracán. Fue entonces cuando Fred Savage, empresario circense, echó el ojo a nuestro protagonista y decidió ficharle para su número especial "el hombre tragaldabas". Al proponérselo a Jim, éste aceptó de buena gana y se tragó sin masticar el perro que acompañaba a Fred.

Y así vivió durante un par de años nuestro querido comelotodo, la alegría para cualquier madre, la aspiradora humana, el azote de los anoréxicos... dando la vuelta por todo el globo. Gracias al gran circo americano de Fred Savage Jim conoció países fabulosos, junto a su gastronomía (la paella española, la tortilla francesa, la ensaladilla rusa... bueno España se la conocía, desde luego). Además, durante su vida en el circo conoció al gran amor de su vida: Merceditas. Los dos solían pasear cuando no estaban en la pista y se sorprendían de lo mucho que tenían en común. Ambos, de hecho, pesaban más o menos lo mismo, aunque lamentablemente Merceditas no era capaz de hablar. "Es el único problema que tiene ser elefante", decía Fred cuando alguien le preguntaba sobre los rumores de aquel emparejamiento hecho en el cielo.

Lamentablemente, aquellos maravillosos años en el circo acabaron de una manera un tanto trágica. Cuando se instalaron durante una semana en Ankara, Jim decidió dar, como solía ser habitual en él, una vuelta por el centro de la ciudad. En ese momento, se adentró en una callejuela demasiado estrecha y quedó atrapado en ella sin posibilidad ninguna de salir. Se sentía como una ficha de tetris encajada perfectamente con aquel callejón. La frustración crecía por momentos. Entonces, un señor turco que se dedicaba a vender sables a los turistas que por ahí pasaban, tuvo la maravillosa idea de ayudar a Jim a salir de ahí con un método un tanto violento: Cortar tiras de carne del enorme cuerpo de Jimmy hasta que pudiera salir de aquel aprieto. "No sentiría nada", confiesa Abul, el hombre de la maravillosa idea "y él aceptó, aunque lamentó no tener una chocolatina a mano mientras hacía tal operación". Y, cortando tirita a tirita, Jim consiguió desatascarse de aquel lugar. Abrazó a Abul y éste le respondió: "No pasa nada, amigo gordo y maloliente, ha sido un placer ayudarte. Pero... ¿qué hago ahora con las tiras de carne que he cortado?". Una bombilla se iluminó en la cabeza de Jim. "Mételas en este pan y échale un poco de salsa de yogur". Aunque jamás pudo terminar su curso de cocina, el descubrimiento culinario que había realizado era fascinante. A partir de ese momento, no había turco que no probara la carne de Jim en pan de pita. Ya nadie temía colocarse en su órbita. Jim se sentía el centro de atención, ya que por fin alguien se le acercaba, aunque sólo fuera para cortarle tiritas de piel. Todavía, según dicen, exportan trozos de nuestro héroe J.O. Besso a todo el mundo para que desde todos los puntos del planeta degustemos la rica carne de este gran hombre que, cariñosamente, llaman Döner Kebab (La carne que da vueltas). Así que si vais a un restaurante turco, no olvidéis pedir vuestro kebab vegetal. Nunca sabremos cuánto tiempo durará la maravillosa carne de Jim Orsosn Besso, al que todavía hoy la gente recuerda con un escalofrío.



... He aquí una entrada sin sentido alguno. Perdón por los delirios propios de exámenes, pronto volveré a estar sano. Un saludo.

La pasión por los ritmitos


Año tropecientos y pico antes de Cristo (más o menos, que no me quiero pillar los dedos), un lugar de África. Un mono, casi homínido, al que llamaremos... Monocasihomínido, por ejemplo; está sentado en una piedra. El tipo está pensando en qué va a hacer después de copular con un miembro de su familia y de comerse los restos de alguien con quien se peleó hace unos días.

Lo cierto es que estos tíos vivían bien, ¿eh?

El caso es que Monocasihomínido, que mira al infinito con una expresión producto de la concentración y el estreñimiento (esa dieta suya no sienta bien a nadie), empieza sin razón aparente a mover el pie izquierdo golpeando la tierra. Lo hace una, dos, tres veces... De pronto abre los ojos sorprendido y descubre que el sonidito ese que produce su pezuña le gusta, le hace moverse. Agarra entonces un palo y empieza a golpearlo contra el suelo, contra los troncos, contra sus allegados... luego comienza a gritar, a saltar... el crack de Monocasihomínido acababa de inventar el ritmo, él solito y sin dar clases ni nada. Y parecía tonto el primate. Poco después, otro mono casi homínido pero muy bestia, al que llamaremos Brian (por qué no), viene enfurecido porque Monocasihomínido le ha despertado de su siesta (actividad que seguramente le ocupaba un 50% de su tiempo... hay que aprender de esta gente) y le golpea con fuerza repetidas veces hasta crear un nuevo ritmo. Señores, la primera banda de música ha nacido.

Y han pasado los años y la cosa de la música ha ido evolucionando, no tanto como los monoscasihomínidos, pero evolucionando como ha podido. Y transcurridos tantos siglos, todavía damos de vez en cuando unos golpecillos, produciendo ese "toctototoc-toc", para que alguien, no importa de quién se trate ni dónde esté, nos responda con un "toc-toc", y después nos miramos y sonreímos con esa cara de bobalicones como diciendo... "si tío, me mola tu rollo".

Lo cierto es que, si no fuera porque nos dio un día por usar la boca para hablar, hoy todavía nos comunicaríamos con esos ruiditos que producimos, ¿verdad? Bueno, así pienso yo... bueno, así debo pensar con tal de poder escribir una chorrada más en este vuestro estimadísimo blog (mola vivir en este país de fantasía).

Pero no, amigos, hoy nos comunicamos con esto del Internet, o con mensajes de texto, o con el fax... o no nos comunicamos, que es una opción que muchos escogen. Y lo peor es que nos hemos olvidado de lo primordial, de lo simple, de nuestros inicios... Se ha vuelto algo extraño eso de ir haciendo ruidos de forma rítmica. Y claro, luego la gente normal va a un concierto e intenta seguir el compás de una canción y cada uno va a su bola, porque han perdido ese instinto primordial que descubrió nuestro amigo Monocasihomínido. Menos mal que al menos todavía hay quien se emociona al escuchar un tema de Sinatra, o bailando una canción funky, o incluso meneando la cabeza a ritmo de Judas Priest, yo que sé... Hemos avanzado o, mejor dicho, hemos cambiado de cueva; pero ahí está escondida, no se sabe bien por qué, esa necesidad de escuchar algo que nos conmueva. Cómo mola la música, leches.

Así que, chicos, chicas, plantas, minerales y seres indefinidos, no os olvidéis nunca de, estéis donde estéis, dar de vez en cuando unas palmitas o tararear algo, que si no fuera por la banda sonora de nuestras vidas estaríamos todavía en la piedra pensando en qué hacer después de copular con un miembro de nuestra familia (puaj).

¡Disfrutad!, os lo dice el tete Martín (al que no deberíais hacer mucho caso, por otra parte)




Estas bonitas fechas...

Enero: Se han acabado las navidades, las fiestas, el turrón; vuelves al curro, los exámenes están a la vuelta de la esquina (esta frase, además, es repetida sin cesar por las madres de todos los estudiantes)... Hemos vuelto a la rutina. En una palabra: Argh.

En vez de describíroslo, os mostraré con un vídeo de youtube cómo me siento (y supongo todos nosotros) cuando me levanto por las mañanas en este mes tan estupendo:






Pues eso: ¡Gudmornin a todos!

PD: Tranquilos, no creo que abuse mucho del youtube en este blog. Pero ya se sabe, con tal de evadirse de estudiar... se hace cualquier cosa.

Excusas...

Después de bastante tiempo sin escribir en este maravilloso e ignorado blog, estrenamos (yo y mis múltiples personalidades, un ole por la esquizofrenia) el año 2008 con un tema que nos viene al pelo... las excusas. Y es que si no fuera porque también evoca a aquel sitio donde depositamos nuestras digestiones e indigestiones, he de confesar que no me importaría que me llamaran el excusado.

Así que empezamos el año con este útil listado de excusas con las que podéis evadiros de hacer aquello que realmente no os sale de vuestra parte favorita del cuerpo hacer.

Ejem ejem, dos puntos

1.- No pude ir porque...:
    • ... el despertador no sonó como siempre. Te lo juro, normalmente suena "ring ring" y hoy sonó "tiro tiro", así que ante tal anomalía me convencí de que el timbre que sonaba en mi propia mesita de noche era el de cualquier otra persona.
    • ... la puerta de casa había cambiado de lugar misteriosamente. Después de chocar veintitrés veces contra la pared me di cuenta de que la salida estaba treinta centímetros más a la izquierda. Para cuando me percaté de ello ya era demasiado tarde.
    • ... de repente recibí la llamada de alguien que respondía al nombre de Yaveh, que me ordenaba no sé qué tontería en su nombre. Yo, ateo convencido, tuve que discutir durante toda la tarde con él sobre su propia inexistencia. Después de hacerlo me dolía tanto la cabeza que me quedé en la cama. Lo siento.
    • ... yo fui donde quedamos, fuiste tú quien faltó y te odio por ello.
2.- En serio, señor profesor, yo lo hice, sólo que...
    • ... un peligroso grupo de terroristas me amenazó con liquidar a toda una familia de lagartijas si hacía público mi trabajo. No sé si usted es consciente del amor que les profeso a esos animalejos (quizás sea por nuestras insalvables similitudes), pero el caso es que ante la amenaza fui débil y cedí.
    • ... mi perro se lo comió. ¿Que ya ha oído eso antes? Entonces no debería enseñarle las fotos de mi mastín a los fogones preparando su plato de "Trabajo de mi dueño al pil pil con cebolla caramelizada en un lecho de lechuguinos fritos". Cuando se lo cuente se ofenderá profundamente.
    • ... el trabajo de mi compañero, ese que siempre contesta a sus preguntas, se ríe de sus asquerosos chistes y saca matrículas de honor en todas las asignaturas es en realidad el mío. Me pegó y humilló para arrebatármelo. Le recomiendo usar la violencia de igual manera contra él.
    • ... mi impresora decidió imprimir, en lugar de lo que usted pidió, estas fotos de féminas ligeras de ropa. Si tiene que culpar a alguien, cúlpeme a mí, yo he sido quien la ha maleducado de esta manera.
3.- ¿Que por qué he tardado tanto en escribir en el blog? Pues verás...

    • ... mi mano derecha estaba demasiado ocupada metiéndome polvorones en la boca estas navidades como para ponerse a dibujar. Y yo, con la zurda, soy nulo para cualquier cosa que me proponga.
    • ... estaba demasiado ocupado respondiendo entrevistas después del sorprendente éxito de mi bitácora. Ahora que soy mundialmente famoso me cuesta rebajarme para comunicarme contigo, sucio internauta.
    • ... eran tantas las ideas que corrían por mi cabeza para escribir en el blog que todas ellas se colapsaban mutuamente haciéndome parecer retrasado mental. Durante ese tiempo me dio por ver a diario "Escenas de matrimonio".
    • ... en Alicante, donde he estado estas navidades, no tengo una conexión decente a Internet, ni tampoco escaner, así que me fue imposible... ¿que no te lo puedes creer?... Pues si quieres me invento una excusa mejor, aun siendo falsa...
Bueno... si queréis usar estas excusas alguna vez, sois libres de hacerlo. Aquí el abajo firmante no se hace responsable de las consecuencias de vuestros actos.






PD: La próxima entrada del blog será más lógica. Siento los desvaríos, pero he perdido mi medicación. Un saludo a todos.